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Cuide su mente

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Cambio a lo largo de la vida
El proceso del ciclo de la vida (el paso de la edad) conlleva, necesariamente, cambio. Así, una vez llegado al máximo nivel de desarrollo bio-psico-social -aún considerando que los procesos bio-psico-sociales llegan a su máximo desarrollo en distintos momentos de la vida y, por tanto, a edades distintas.

El ser humano llega a su máximo de velocidad de un corredor de 100 m. se adquiere sobre los 18-20 años y declina rápidamente mientras que un corredor de fondo tienen un periodo mucho más largo de estabilidad en su carrera.
¿A qué edad se produce un máximo rendimiento intelectual y estabilidad a lo largo de la vida en nuestro funcionamiento intelectual?
En parte nuestro funcionamiento intelectual depende de la velocidad con la que nuestro cerebro procesa información; parece que la máxima de velocidad ocurre entre los 20 y 22 años y que a partir de entonces declina lentamente aproximadamente a 1 milisegundo anual.

¿En qué medida se producen cambios negativos?, o, incluso, ¿es posible, también, el cambio positivo en la vejez? o, en otros términos, cuáles serían las condiciones limitantes o negativas que conlleva la edad así como, que posibilidades de crecimiento o cambio positivo también?

Tipos de inteligencia
Puede afirmarse que el declive y la estabilidad de nuestro funcionamiento intelectual dependerá de si tiene una fuerte carga biológica o, por el contrario, es esencialmente dependiente de nuestra experiencia y aprendizaje. Así, como mostramos en la Figura 1, la inteligencia humana presenta dos grandes grupos (las dos líneas verde y gris) que presentan trayectorias diferentes a lo largo de la edad (la línea inferior que empieza a los 20-30 años y termina con más de 80). Vemos como muy tempranamente (hacia los 30 años) declina o disminuye un tipo de inteligencia llamada fluida o biológica (la línea gris).

Este tipo de inteligencia depende de la velocidad con la que nuestro cerebro procesa la información visoespacial y abstracta que recibe y, por ello, declina muy rápidamente.

Junto a eso, nuestra inteligencia cristalizada o cultural (la línea verde) -que medimos mediante la amplitud de nuestro vocabulario, nuestro conocimientos y nuestro aprendizaje verbales- es bastante estable y solo declina a muy avanzadas edades de la vida (después de los 70 años).

La inteligencia se puede optimizar;el declive se puede compensar. Recuerde las bases fundamentales del funcionamiento cognitivo; hay que resaltar que aquellas funciones que declinan pueden ser entrenadas si se realizan ejercicios indicados. Así, mucha gente suele quejarse de que su memoria no es tan buena como antes. Pues bien, ¡podemos entrenar nuestra memoria! Incluso, la investigación ha puesto de relieve que puede mejorarse el funcionamiento fluido hasta compensar el declive normal que ocurre en quince años o, incluso, recientemente, se ha puesto de relieve que un año de vida activa retrasa, (en el caso de ocurrir), la aparición de una demencia.

Existe desarrollo y declive a todo lo largo de la vida
En la Figura podemos apreciar los resultados de un estudio realizado por Heckhausen y col. (1989) en el que se indagaba las características humanas que muestran crecimiento, estabilidad o declive desde los 20 (edad teórica de máximo desarrollo) a los 90 años. Estos autores encontraron que se produce ganancia, pérdida y estabilidad a todo lo largo de la vida con perfiles más acusados de crecimiento en los primeros años de la vida adulta, de estabilidad a lo largo de ésta y de más alto declive en las últimas décadas de la vida.

En definitiva, el estudio de la vejez y el envejecimiento ha ido evolucionando desde una concepción del envejecimiento en términos de declive y deterioro a la consideración del envejecimiento como una dinámica entre desarrollo (ganancias), estabilidad y declive (pérdidas).

¿Cuál es el peso de la genética y cuál es el del ambiente en los cambios que se producen durante el proceso de envejecimiento? Según Kirkwood (2005), la longevidad y sus formas parecen estar explicadas en un 25% por factores genéticos mientras que 75 lo están por las condiciones socio-comportamentales.

De forma tal que aunque las limitaciones del envejecimiento y la vejez proceden de nuestra biología, existe un amplio margen para el cambio y la actuación ambiental y, éstas explican una importante parte de las formas de envejecer desde un envejecimiento activo y positivo a un envejecimiento con enfermedad, dependencia y sufrimiento.

Cada persona es el actor en su proceso de envejecimiento. Sabemos que a lo largo del proceso de la vida se producen millones de interacciones entre la persona (el organismo, en un sentido biológico) y el ambiente de forma tal que todos somos influidos por condiciones contextuales al mismo tiempo que la persona elige el ambiente. Así, nuestra relación con las condiciones ambientales (tanto social como físico), que seleccionamos a lo largo de la vida, hace de nosotros lo que somos.

En definitiva, ¡somos actores y responsables de nuestra forma de envejecer!; en definitiva, el individuo no es un ente pasivo gobernado por una biología con límites estrictos y un contexto socio-cultural tiránico sino que es agente de su propio desarrollo y, por tanto, de su propio envejecimiento.

¿Qué podemos hacer?
• Matricularnos en un Curso para mejorar la memoria (ver www.imserso.csic.es)
• Adquirir textos en los que encontrar ejercicios para mejorar la agilidad mental, la memoria, la aptitud espacial (ver bibliografía)
• Podemos también programar un entrenamiento personal a partir de un conjunto de actividades de elección. En el epígrafe Optimización y Compensación podemos encontrar la guía para realizar un Plan de Actividad Cognitiva (PAC) (ENLACE “OPTIMIZACION Y COMPENSACION”).
• Entrar en Internet y encontrar material disponible tecleando brain training o ejercicios mentales en un BUSCADOR.
• En un Kiosko adquirir, simplemente, pasatiempos en los que puede encontrar crucigramas, sudoku, sopa de letras, adivinanzas y otros muchos materiales que ejercitan el funcionamiento fluido.
• Comprar un NINTENDO (www.nintendo.com) en el que está incorporado un Brain training. En el puede evaluar su funcionamiento intelectual y practicar distintas habilidades.
• Podemos optimizar al máximo nuestra inteligencia “cultural” en grupo. Aprender nuevos conocimientos y ampliar nuestro vocabulario son las vías que nos permitirán llevar al máximo nuestra inteligencia y utilizando cursos de formación a lo largo de la vida en los que se trate de mejorar nuestra redacción y composición literaria, nuestra conversación y presentación y otras muchas habilidades

Bibliografía
Calero, M. D. (2003) La actividad mental: prevención del envejecimiento cerebral. En “Vivir con Vitalidad® ”. Tomo 3 Madrid: Pirámide.
Fonseca, A. (Dir.) (2008). Para mantenerse en forma. Juegos de mente . Barcelona. EDITEC
Lorraine, H. (2011) Como desarrollar su atención y su memoria. 2ª Edición. Barcelona: Gedisa
Moya, R. (2002). Repase lo aprendido. En “Vivir con Vitalidad®”. Tomo 3 Madrid: Pirámide.
Ruiz Vargas, J. M. (2002). Mejore su memoria: siempre hay tiempo. En “Vivir con Vitalidad®” Tomo 3. Madrid: Pirámide. En “Vivir con Vitalidad®”. Tomo 3 Madrid: Pirámide.